MASAJE SHANTALA, AFRICANO E INUIT
No sólo vamos a tratar la piel con un cerato rico, sino que trabajamos de una manera muy bonita y completa. A la tradición indú, añadimos la tradición africana y también la tradición inuit. Una forma muy bonita de dar masaje a un bebé. Las tres a la vez, donde hay una perfecta secuencia, redondez y compleción de los tres métodos.
Con el método indú trabajamos más a nivel circulatorio, a nivel de drenaje linfático, los giros, los movimientos, las fricciones, son todo movimientos de drenaje linfático. Porque hay mucho insecto, picadura, monzón... tiene sentido que atiendan lo infeccioso estimulando lo inmune.
El africano se centra en lo articular, porque los niños/as africanos por seguridad pasan mucho tiempo en brazo de sus madres, el claro ejemplo: los bosquimanos, que maman cada 12 minutos, es el desierto. Las madres atienden sus articulaciones, tobillos, rodillas, muñecas, codos, hombros... profundiza un poco más, está en aparato locomotor y músculos. Tiene mucho sentido.
Y el método inuit, esquimales, que llevan a sus bebés muy tapados y bien apretadicos como un paquete hecho con varias telas, lanas y pieles, con el afán de conservar el calor del cuerpo. El masaje se basa en percusiones, les canturrean y masajean a la vez, no es nada caótico, tiene un ritmo, una secuencia, cuyo objetivo es llegar al hueso, y el efecto es muy relajante, les genera endorfina pura, esa vibración en el esqueleto.
Es esencial este orden, para ver el efecto del que hablamos. Se trata de un método muy nuevo, hasta ahora habíamos trabajado cada masaje de manera separada, ahora los trabajamos juntos para conseguir un resultado más completo.
El sentido del masaje a los bebés siempre es para abajo, y a partir de los 4 ó 5 añitos, cuando ya se peguen sus carreras y tengan su actividad física, ya tendremos que invertir. Cuando notemos que ya tienen sus pies y manos calientes por si mismos ya invertiremos el movimiento hacia el corazón, que es el movimiento que nos interesa. Movimientos largos y continuos, en piernas, brazos, en abdomen, en espalda... este masaje le da mucha información al bebé de como de largo es su cuerpo. Un movimiento largo y consciente les da la oportunidad de saber cómo de largo es su cuerpo, sobre todo si se lo contamos, el masaje es una oportunidad de hacerles saber cómo es su cuerpo: aquí están tus pies, aquí están tus piernas, las rodillas... le voy poniendo palabras al masaje. Y es muy buena oportunidad de alargarles y de redondearles la espalda.
Aconsejamos la postura para el masaje en el suelo, pues cuando están aceitados es lo más seguro, y tiene un extra el recibir un masaje en el suelo porque nos relajamos más, el cerebro del receptor/a sabe que del suelo no se cae y hay un añadido extra de relajación a la hora de recibir el masaje. Les dejamos desnudicos un rato y a ellos/as les resulta, a la mayoría, muy cómodo, les quitamos el pañal y siente su verdadero cuerpo, su movimiento libre.
Es posible darles el masaje en brazos, a veces lo prefieren, y me lo voy cambiando de brazo para de estar manera trabajar ambos lados del cuerpo.
Nuestra propuesta es que no hay un momento para el masaje, sino que lo incorporamos en cualquier momento, mientras le damos teta podemos cogerle la manica y darle un masaje en la mano, o drenarle la cara mientras la tenemos en brazos, etc.
Y la sensación que nos da es que el masaje les reconforta, es su verdadero lenguaje antes de comenzar a hablar.