Cuando ayudamos a otra persona,
sentimos esa separación entre el que ayuda y el que
es ayudado, como si estuviéramos por encima de aquel
que necesita de nuestra ayuda. Esa sensación tiene mas que
ver con la lástima, y desde la lástima nuestro ego
se engrandece, nos sentimos superiores,
la otra persona nos necesita, somos mejores.
Cuando se da la verdadera compasión, puedes ver al otro,
como a tí misma, y desde esa humanidad
compartida, ambas nos ayudamos mutuamente.
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